domingo, 28 de octubre de 2007

Crítica y "meta-"

El planteo acerca del carácter meta-discursivo de la crítica debe revisarse en relación a otras caracterizaciones de la crítica que comparten el sufijo “meta-”: meta-lenguaje para Barthes y Todorov, meta-texto para Genette.

Barthes: “El objeto de la crítica es muy distinto [al de la literatura]; no es `el mundo´, es un discurso, el discurso de otro: la crítica es un discurso sobre un discurso; es un lenguaje segundo, o meta-lenguaje (como dirían los lógicos), que se ejerce sobre un lenguaje primero (o lenguaje-objeto). De ello se deduce que la actividad crítica debe contar con dos clases de relaciones: la relación entre el lenguaje crítico y el lenguaje del autor analizado, y la relación entre este lenguaje objeto y el mundo. La `frotación´ entre esos dos lenguajes es lo que define la crítica y le da tal vez una gran semejanza con otra actividad mental, la lógica, que se funda también enteramente en la distinción del lenguaje-objeto y del meta-lenguaje” (349)
“…la literatura no es más que un lenguaje, es decir, un sistema de signos: su ser no está en su mensaje, sino en su `sistema´. Y de ahí que la crítica no tenga que reconstruir el mensaje de la obra, sino solamente su sistema, al igual que el lingüista no tiene que descifrar el sentido de una frase, sino establecer la estructura formal que permite a ese sentido transmitirse” (351)
“Si, efectivamente, la crítica es un lenguaje —o, más exactamente, un meta-lenguaje— tiene por sanción, no la verdad, sino su propia validez, y cualquier crítica puede captar cualquier objeto; sin embargo, esta libertad de principio está sometida a dos condiciones, y estas condiciones, aunque internas, sin precisamente las que permiten al crítico unirse a lo inteligible de su propia historia: de una parte, que el lenguaje crítico elegido sea homogéneo, estructuralmente coherente, y de otra, que llegue a saturar todo el objeto del que habla.” (368-369)
Fragmentos de Barthes, Roland, “¿Qué es la crítica?” y “Literatura y significación”, en Ensayos críticos, Buenos Aires, Seix Barral, 2003.

Todorov: “Después de Spinoza, el comentario ya no tendrá que preguntarse: `¿Hablará este texto con exactitud?´, sino sólo: `¿Qué dice exactamente?´. El comentario mismo se ha vuelto inmanente: cada texto será su propio marco de referencia, a falta de toda trascendencia común, y la tarea del crítico, ajena a todo juicio de valor, se agotará en el esclarecimiento de su sentido, en la descripción de las formas y de los funcionamientos textuales. Por esto, una ruptura cualitativa se establece entre el texto estudiado y el texto de estudio. Si el comentario se preocupara por la verdad, se situaría en el mismo nivel que la obra comentada y los dos tratarían del mismo objeto. Pero la diferencia entre ambos es radical y el texto estudiado se convierte en objeto (un lenguaje-objeto), incorporando el comentario a la categoría del metalenguaje).” (14)
Fragmentos de Todorov, Tzvetan (Crítica de la crítica, Barcelona, Paidós, 1991.)

Genette: “El tercer tipo de trascendencia textual, que llamo metatextualidad, es la relación —generalmente denominada `comentario´— que une un texto a otro texto que habla de él sin citarlo (convocarlo), e incluso, en el límite, sin nombrarlo. … La metatextualidad es por excelencia la relación crítica. Naturalmente, se han estudiado mucho (metametatexto) ciertos metatextos críticos, y la historia de la crítica como género, pero no estoy seguro de que se haya considerado con toda la atención que merece el hecho mismo y el estatuto de la relación metatextual. Esta tarea debería desarrollarse en el futuro.” (13)
“…tomemos una noción general de texto en segundo grado (renuncio a buscar, para un uso tan transitorio, un prefijo que subsuma a la vez el hiper- y el meta-) o texto derivado de otro texto preexistente. Esta derivación puede ser del orden, descriptivo o intelectual, en el que un metatexto (digamos tal página de la Poética de Aristóteles) «habla» de un texto (Edipo Rey).” (15)
“…la metatextualidad, que no es nunca en principio del orden de la ficción narrativa, o dramática, mientras que el hipertexto es casi siempre ficcional … Un pastiche de Kant o una versificación de la Crítica de la razón pura sería con toda seguridad un hipertexto no-ficcional. El metatexto, en cambio, en no-ficcional por esencia.” (493).
Fragmentos de Genette, Gérard, Palimpsestos, Madrid, Taurus, 1989.

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